La neumonía enzoótica es una enfermedad altamente extendida en la mayoría de los países del mundo. Por ello la vacunación frente a Mycoplasma hyopneumoniae se ha convertido en un elemento casi indispensable para el control del Complejo Respiratorio Porcino.
Hay que señalar que cada vacuna de cada marca comercial utiliza una cepa específica, con una carga bacteriana declarada determinada, y unos adyuvantes y excipientes distintos. Evidentemente estas características tienen relación con la eficacia de la vacuna pero se escapa del objetivo de este artículo valorar o comentar estas diferencias.
A pesar de que la vacunación de micoplasma es una práctica muy extendida, el mercado ofrece posibilidades de vacunación distintas. Es muy importante analizar con detalle en cada granja qué vacuna es la más conveniente. Este análisis debe considerar distintos factores de la propia granja, de la dinámica de la infección, de la carga laboral, de la presencia de otras enfermedades, etc. y siempre bajo el criterio del veterinario responsable de la granja.
Tipo |
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Todas las vacunas frente a M. hyopneumoniae son inactivadas. |
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Protección |
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Las distintas vacunas de M. hyopneumoniae no protegen de la infección, pero sí reducen la gravedad de la enfermedad, por eso en las indicaciones de uso autorizadas incluyen aspectos como “para reducir lesiones pulmonares después de una infección con Mycoplasma hyopneumoniae” o “para reducir las lesiones pulmonares y la disminución de la ganancia de peso diaria durante el período de acabado debidas a la infección causada por Mycoplasma hyopneumoniae” o “prevenir la aparición de signos clínicos”. |
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Número de dosis |
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Vacunas monodosis o bidosis. La elección dependerá de la prevalencia, la aparición de signos clínicos y facilidad de manejo. Las vacunas bidosis consisten en 2 aplicaciones separadas de 2-3 semanas. |
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Momento de vacunación |
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En cuanto al momento de aplicar la primera dosis en lechones, las distintas vacunas registradas varían desde la 1ª semana, o incluso el 3r día, de vida a las que lo hacen a partir de la 3ª semana de vida. Aunque hay excepciones, la mayoría de vacunas bidosis permiten una 1ª vacunación más temprana y, en cambio, la mayoría de las monodosis son a partir de las 3 semanas de vida, en especial si son vacunas combinadas con circovirus. Lógicamente el momento de vacunación dependerá de la presencia de anticuerpos maternales, de la presión de infección, y del momento de aparición de los signos clínicos. |
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Vacunas combinadas |
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En el mercado se encuentran varias combinaciones con otras vacunas. Por ejemplo, en Europa puede estar combinada con circovirus y en EE.UU con influenza. Hacer notar que algunas vacunas, a pesar de no ser combinadas, permiten la mezcla con vacunas de circovirus o ileítis o, en otros casos, la aplicación simultánea sin mezclar con vacunas de PRRS. |
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Vía de administración |
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La mayoría de vacunas se administran por vía intramuscular tradicional, con volúmenes de 1 o 2 ml según la vacuna. Algunas de las vacunas con posibilidad de uso bidosis o monodosis requieren de aplicación de 1 ml en formato bidosis o de 2 ml en formato monodosis. En el mercado también encontramos vacunas intradérmicas, que se aplican mediante dispositivos desarrollados para la aplicación sin agujas, y trabajan con volúmenes de dosis mucho menores (0,2 ml). |
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Inicio de la inmunidad |
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El tiempo medio para generar inmunidad tiene mucha importancia en la dinámica de infección, pues en ausencia de inmunidad maternal los animales pueden estar “desprotegidos” antes de generarse inmunidad vacunal. El tiempo medio es de 3 semanas, pero varía entre 2 y 4 semanas según las vacunas. En el caso de las vacunas bidosis, se cuenta desde la 2ª aplicación. |
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Duración de la inmunidad |
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Es uno de los aspectos determinantes en el éxito de la vacunación, ya que de ella puede depender en parte que se consigan los efectos beneficiosos de la vacunación hasta el final del periodo de ceba. Según las fichas técnicas hay diferencias importantes, variando desde “al menos 20 semanas” hasta las 26 semanas, aunque en la práctica la duración de la inmunidad vacunal depende de muchos otros factores, como presencia de anticuerpos maternales en le momento de la vacunación, prevalencia de M. Hyopneumoniae al destete, presión de infección, tipo de granja, etc En todos los casos la duración de inmunidad es a contar desde la fecha de vacunación o desde la revacunación en el caso de las bidosis. |
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Uso en reproductoras |
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En los últimos años se ha hecho evidente que en algunas situaciones epidemiológicas es necesario vacunar a cerdas nulíparas o incluso a todas las reproductoras durante la gestación. A pesar de ello es importante destacar que la mayoría de las vacunas comerciales en sus fichas técnicas no permiten su uso en cerdas reproductoras, ya sea con la cita “no procede” o “No ha quedado demostrada la seguridad del medicamento veterinario durante la gestación o la lactancia. No utilizar durante la gestación o la lactancia. No utilizar en verracos.” |
A pesar de que la vacunación frente a micoplasma es una práctica muy extendida, el mercado ofrece posibilidades de vacunación distintas. Es muy importante analizar con detalle en cada granja qué vacuna es la más conveniente. Este análisis debe considerar distintos factores de la propia granja, de la dinámica de la infección, de la carga laboral, de la presencia de otras enfermedades, etc. y siempre bajo el criterio del veterinario responsable de la granja.
Preparado por Joan Wennberg y la redacción 333